Cómo hablar con tu familia acerca de tu vocación
EL HERMANO TIMOTHY Danaher, O.P. con sus padres William y Theresa.
UNA FAMILIA PUEDE VER UNA VOCACIÓN RELIGIOSA en un hijo o hija como una gran bendición. También puede considerarla una amenaza. Si piensas que Dios te está llamando a ser miembro de una comunidad religiosa, y tus padres se oponen o tienen serias dudas, estas son algunas cosas para tener en cuenta.
¿Has escuchado los motivos de tus padres?
Deja que te digan cuáles son sus preocupaciones. Pueden querer que tengas una vida “normal” porque piensan que la vida en celibato es demasiado dura y no es natural. Pueden pensar que si ingresas los vas a abandonar y nunca más los vas a ver. Pueden creer que necesitas tener varios años de experiencia después de la universidad antes de poder tomar la decisión de entrar a una comunidad. Pueden pensar que estás desperdiciando tu educación. Tal vez juzguen, desde su experiencia con ciertos miembros de comunidades religiosas, que todos los religiosos son inadaptados. Pueden condenar a la iglesia como una institución tan plagada de problemas que te va a arrastrar hacia abajo, o podrían condenar a una comunidad religiosa como desesperadamente fuera de contacto con el mundo real. Pueden desear que seas más feliz y más productivo haciendo casi cualquier otra cosa que convertirte en miembro de una comunidad religiosa.
Después de escuchar todas las razones que te den tus padres, recuérdales el amor incondicional que tienes por ellos.
Haz que sepan que siempre serás su hijo o hija. Dales el respeto y el agradecimiento que merecen. Deja que sepan también que tu amor y tus oraciones por ellos van a continuar y crecer en la vida religiosa.
Hazles saber que quieres seguir al Señor.
Jesús dijo, “Todos los que han abandonado sus casas, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras por amor a mi nombre recibirán cien veces más, y heredarán la vida eterna” (Mateo 19:29). Existen muchas formas diferentes de vivir un compromiso total con la fe. Al mismo tiempo, hay algo especialmente radical en la vida religiosa. Quizás esa es exactamente la razón por la que provoca más preguntas y oposición que muchas otras maneras de vivir la fe cristiana.
Haz saber a tus padres los detalles del proceso de ingreso, que pueden aliviar algunos de sus temores.
Explícales lo que sabes. La iglesia y las comunidades religiosas tienen toda clase de condiciones que aseguran que hay un tiempo de espera antes de ingresar y mucho, mucho tiempo antes de que se tome una decisión definitiva. Una comunidad religiosa no debe estar demasiado ansiosa de dar la bienvenida a alguien en su compañía, y un ingreso apresurado a menudo causa una salida apresurada. Explícales a tus padres cómo la decisión de ingresar a una comunidad habitualmente implica evaluaciones exhaustivas, recomendaciones, entrevistas, y exámenes de salud psicológica y física, entre otras cosas. Además, en una comunidad religiosa típica toman parte en esta decisión varias personas.
Habla con tus padres sobre los pasos de la formación inicial en una comunidad religiosa.
Esos pasos a menudo se llaman postulación, noviciado, y formación en votos temporales. Si bien las comunidades religiosas tienen muchas variables en cuanto al tiempo que dura una postulación, el noviciado debe durar como mínimo un año, de acuerdo con la ley de la iglesia. Los votos temporales deben durar por lo menos tres años antes de la profesión final de los votos. Por lo tanto, no puede haber un compromiso definitivo de profesión final antes de por lo menos cuatro años después de tu ingreso. Para algunas comunidades religiosas, la formación previa a la profesión definitiva es considerablemente más larga, y las comunidades de sacerdotes tendrán periodos después de los votos definitivos y antes de la ordenación al diaconado y sacerdocio.
Simplemente ingresar a una comunidad religiosa no significa que todo está decidido. La iglesia y las comunidades religiosas no lo permitirían. La formación inicial es un tiempo extendido de mutua consideración frente a Dios si el candidato piensa que la comunidad es la apropiada y la comunidad piensa que el candidato es correcto. Ella incluye mucha oración, educación, y trabajo. Explícales a tus padres que hay varios directores, maestros, y superiores que están guiando todo el proceso de formación religiosa.
Permite que tus padres sientan algo de tu alegría y emoción en una vocación religiosa.
Tú sabes que Dios quiere que seas feliz. Haz que tus padres vean que tu respuesta al llamado de Dios es precisamente en razón de tu felicidad. Deja que tus padres vean cómo las personas que podrían haber tenido matrimonio y familia pueden florecer en una vida que es un regalo especial de Dios. Invita a tus padres a visitar la comunidad religiosa contigo antes de que ingreses, y haz que conozcan a varios miembros de comunidades religiosas, que son personas reales—como tus padres. También, averigua con la comunidad cuándo pueden visitarte tus padres mientras estás en formación. Estos pasos pueden calmar los temores de tus padres, porque podrán ver cómo la vida religiosa, con el sistema de amor y apoyo de la comunidad, es una bendición para su hijo.
Deja que tus padres vean que una familia muy grande se está uniendo a tu familia.
Una vez que tus padres vienen a ver a los demás en tu comunidad religiosa, a menudo se sienten integrados con los hermanos en la formación de su hijo o con las hermanas en la formación de su hija, y llegan a darse cuenta de que su hijo está ganando muchos hermanos o hermanas. Por su parte, los mismos miembros de las comunidades religiosas ven con afecto a los padres de uno de ellos.
UNA FAMILIA PUEDE VER UNA VOCACIÓN RELIGIOSA en un hijo o hija como una gran bendición. También puede considerarla una amenaza. Si piensas que Dios te está llamando a ser miembro de una comunidad religiosa, y tus padres se oponen o tienen serias dudas, estas son algunas cosas para tener en cuenta.
¿Has escuchado los motivos de tus padres?
Deja que te digan cuáles son sus preocupaciones. Pueden querer que tengas una vida “normal” porque piensan que la vida en celibato es demasiado dura y no es natural. Pueden pensar que si ingresas los vas a abandonar y nunca más los vas a ver. Pueden creer que necesitas tener varios años de experiencia después de la universidad antes de poder tomar la decisión de entrar a una comunidad. Pueden pensar que estás desperdiciando tu educación. Tal vez juzguen, desde su experiencia con ciertos miembros de comunidades religiosas, que todos los religiosos son inadaptados. Pueden condenar a la iglesia como una institución tan plagada de problemas que te va a arrastrar hacia abajo, o podrían condenar a una comunidad religiosa como desesperadamente fuera de contacto con el mundo real. Pueden desear que seas más feliz y más productivo haciendo casi cualquier otra cosa que convertirte en miembro de una comunidad religiosa.
Después de escuchar todas las razones que te den tus padres, recuérdales el amor incondicional que tienes por ellos.
Haz que sepan que siempre serás su hijo o hija. Dales el respeto y el agradecimiento que merecen. Deja que sepan también que tu amor y tus oraciones por ellos van a continuar y crecer en la vida religiosa.
Hazles saber que quieres seguir al Señor.
Jesús dijo, “Todos los que han abandonado sus casas, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras por amor a mi nombre recibirán cien veces más, y heredarán la vida eterna” (Mateo 19:29). Existen muchas formas diferentes de vivir un compromiso total con la fe. Al mismo tiempo, hay algo especialmente radical en la vida religiosa. Quizás esa es exactamente la razón por la que provoca más preguntas y oposición que muchas otras maneras de vivir la fe cristiana.
Haz saber a tus padres los detalles del proceso de ingreso, que pueden aliviar algunos de sus temores.
Explícales lo que sabes. La iglesia y las comunidades religiosas tienen toda clase de condiciones que aseguran que hay un tiempo de espera antes de ingresar y mucho, mucho tiempo antes de que se tome una decisión definitiva. Una comunidad religiosa no debe estar demasiado ansiosa de dar la bienvenida a alguien en su compañía, y un ingreso apresurado a menudo causa una salida apresurada. Explícales a tus padres cómo la decisión de ingresar a una comunidad habitualmente implica evaluaciones exhaustivas, recomendaciones, entrevistas, y exámenes de salud psicológica y física, entre otras cosas. Además, en una comunidad religiosa típica toman parte en esta decisión varias personas.
Habla con tus padres sobre los pasos de la formación inicial en una comunidad religiosa.
Esos pasos a menudo se llaman postulación, noviciado, y formación en votos temporales. Si bien las comunidades religiosas tienen muchas variables en cuanto al tiempo que dura una postulación, el noviciado debe durar como mínimo un año, de acuerdo con la ley de la iglesia. Los votos temporales deben durar por lo menos tres años antes de la profesión final de los votos. Por lo tanto, no puede haber un compromiso definitivo de profesión final antes de por lo menos cuatro años después de tu ingreso. Para algunas comunidades religiosas, la formación previa a la profesión definitiva es considerablemente más larga, y las comunidades de sacerdotes tendrán periodos después de los votos definitivos y antes de la ordenación al diaconado y sacerdocio.
Simplemente ingresar a una comunidad religiosa no significa que todo está decidido. La iglesia y las comunidades religiosas no lo permitirían. La formación inicial es un tiempo extendido de mutua consideración frente a Dios si el candidato piensa que la comunidad es la apropiada y la comunidad piensa que el candidato es correcto. Ella incluye mucha oración, educación, y trabajo. Explícales a tus padres que hay varios directores, maestros, y superiores que están guiando todo el proceso de formación religiosa.
Permite que tus padres sientan algo de tu alegría y emoción en una vocación religiosa.
Tú sabes que Dios quiere que seas feliz. Haz que tus padres vean que tu respuesta al llamado de Dios es precisamente en razón de tu felicidad. Deja que tus padres vean cómo las personas que podrían haber tenido matrimonio y familia pueden florecer en una vida que es un regalo especial de Dios. Invita a tus padres a visitar la comunidad religiosa contigo antes de que ingreses, y haz que conozcan a varios miembros de comunidades religiosas, que son personas reales—como tus padres. También, averigua con la comunidad cuándo pueden visitarte tus padres mientras estás en formación. Estos pasos pueden calmar los temores de tus padres, porque podrán ver cómo la vida religiosa, con el sistema de amor y apoyo de la comunidad, es una bendición para su hijo.
Deja que tus padres vean que una familia muy grande se está uniendo a tu familia.
Una vez que tus padres vienen a ver a los demás en tu comunidad religiosa, a menudo se sienten integrados con los hermanos en la formación de su hijo o con las hermanas en la formación de su hija, y llegan a darse cuenta de que su hijo está ganando muchos hermanos o hermanas. Por su parte, los mismos miembros de las comunidades religiosas ven con afecto a los padres de uno de ellos.
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