Las hermanas ayudan a Uvalde a pasar del trauma a la confianza
Los niños hacen mariposas para un proyecto de arte con la Hermana Theresa Jones, F.M.A. El método de las hermanas era ofrecer una oportunidad de diversión en un campamento de verano para que los niños se relajaran y empezaran lentamente a procesar y rezar por las pérdidas que han sufrido.
ANTES DEL 24 DE MAYO DE 2022, cuando un tirador solitario masacró a 21 personas en la Escuela Primaria Robb, la mayor parte del país nunca había oído hablar de Uvalde, Texas. A pesar de vivir a sólo unas horas de distancia, la hermana Regina Hlavac, D.C. tampoco lo había hecho. Dos días antes del asesinato en masa, pasó por la pequeña ciudad al ir y volver de un retiro en Del Rio, Texas. Comentó a otra hermana en el coche: "Es un pueblo tan pintoresco, bonito y tranquilo que tendré que volver a visitarlo". Ese regreso ocurrió antes de lo esperado.
Una vez que Uvalde saltó a la primera plana nacional y se hizo evidente que la pérdida de la ciudad era incalculable, Hlavac se sintió impulsada a volver a Uvalde y prestar servicio entre la gente. "Uvalde está en mi patio trasero. ¡Sabía que tenía que hacer algo! No sabía exactamente qué era lo que tenía que hacer o ser para la gente de allí, pero sabía que tenía que hacer y ser algo."
Mientras rezaba para encontrar la mejor manera de responder, el Espíritu Santo se movió rápidamente y Hlavac recibió una invitación de Catholic Extension para participar en un campamento de verano para alumnos de la Escuela Primaria Robb. El objetivo del campamento de verano era ofrecer a los niños y a sus familias esperanza, amor y apoyo. Sintió que era una invitación directa de Dios, una manera de responder al anhelo de su corazón de estar presente en la comunidad de Uvalde después de la tragedia.
La sanación adopta muchas formas
En el campamento I-CAN participaron alumnos de tercer, cuarto y quinto grado de la Escuela Primaria Robb. I-CAN significa (por sus siglas en Inglés) "fuerza interior, compromiso, conciencia y trabajo en red." Reconociendo que la sanación de un trauma adopta muchas formas, las hermanas y los voluntarios combinaron ingeniosamente actividades espirituales que permitieron a los alumnos rezar y compartir sus sentimientos con juegos como el ping-pong, el hockey de aire, el cornhole y las manualidades. Veinticinco alumnos de la Escuela Primaria Robb asistieron al campamento de cuatro días celebrado en julio de 2022. Las hermanas trabajaron para dar a los niños una sensación de normalidad. Por supuesto, después de una gran tragedia, la normalidad es a menudo difícil de alcanzar.
Como es habitual en la vida religiosa actual, este ministerio era inter congregacional. Hlavac fue una de las 13 hermanas que respondieron al llamado para servir en el Campamento I-CAN. Las hermanas representaban ocho comunidades diferentes, entre ellas la Society of St. Teresa of Jesus, Sisters of Charity of the Incarnate Word, Brigidine Sisters, Comboni Missionary Sisters, Sisters of St. Francis of Penance, Sisters of Christian Charity, Siervas del Divino Rostro, y las Daughters of Charity, y viajaron desde Michigan, California, San Antonio y Uvalde para ejercer su ministerio durante esa semana. Juntas, las hermanas formaron su propia comunidad. Comenzaban cada día con una oración compartida y se apoyaban mutuamente mientras creaban comunidad con los estudiantes y voluntarios.
El campamento fue un testimonio del poder y la transformación que surgen de la oración, la comunidad y la diversión. Durante los primeros días del Campamento I-CAN, Hlavac recuerda que algunos de los niños eran reservados y no estaban dispuestos a dejar que sus padres se fuesen durante el día. Hlavac cuenta la historia de un niño que pidió que su madre se quedara con él el primer día. No quería aceptar una camiseta del campamento. "Al día siguiente, dijo: "Me llevaré una de esas camisetas, y Mamá, ya puedes irte a casa." Hay algo que Hlavac quiere que la gente sepa de los niños del campamento: Mostraron resiliencia y capacidad para pasar del trauma a la confianza.
Construir comunidad, crear fuerza
La creación de comunidad no se limitó a los niños. Las hermanas tuvieron la oportunidad de establecer vínculos con los padres de los niños y otros miembros de la familia que se unían a los asistentes al campamento cada día para comer y cenar. Los adultos también necesitaban apoyo, un oído atento y un corazón cariñoso porque ellos también habían sufrido una pérdida desgarradora. De hecho, todo el pueblo estaba de duelo.
“Recuerdo ver a un artista pintando murales de las víctimas", dice Hlavac. "Una mujer venía día tras día mientras el artista trabajaba en un retrato en particular. Cuando el artista terminó, la mujer se puso a sollozar. Era el retrato de su hijo.”
Las historias de dolor y sanación continúan. Varias hermanas del equipo pastoral original siguen visitando el lugar para actividades de fin de semana y de asistencia social. Hlavac trabaja como voluntaria en el aula de tercer grado de Sacred Heart School, donde ahora estudian varios niños de la Escuela Primaria Robb, gracias a becas concedidas por Catholic Extension.
Unos seis meses después del atentado, las hermanas organizaron un retiro para padres y abuelos y prepararon actividades para los niños a fin de que los adultos pudieran asistir. Entre los padres, dice Hlavac, "hubo muchas lágrimas, pero mucha esperanza." Y subraya ese punto: "Nosotros y ellos nos dimos esperanza mutuamente. Esa fue la idea principal de todo.”
Todos han sido afectados por la tragedia ocurrida aquel hermoso día de primavera. Pero Hlavac se apresura a señalar que los sanadores también se sanaron para transformar la tragedia en alegría, el odio en amor—ése fue el regalo que los niños de Uvalde compartieron con el mundo. Deberíamos ser nosotros quienes diéramos las gracias a las familias," dice Hlavac, "porque vinimos a ser el rostro de Cristo para otros en su dolor y finalmente vimos el rostro de Cristo en la fe, la esperanza y el amor de los niños de Uvalde.”
Los editores de VISION contribuyeron también con esta historia.
ARTÍCULO RELACIONADO: VocationNetwork.org, “Buscando la sanación, una historia por vez.”







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