El moderno “hijo pródigo” se reúne con los hermanos: Hermano Ray Morris, B.H.

(Amanda Grace Photography, amandagracephotos.com)

¿Tenías un sueño para tu vida mientras crecías?

Como muchos niños, soñaba con hacer algo grande, algo heroico. Sin embargo, en algún momento ese sueño murió. En su lugar, me contenté con ganar una cantidad decente de dinero y simplemente labrarme una vida cómoda.

¿Cómo conociste a tu comunidad?

Conocí a los miembros de Brotherhood of Hope (Hermandad de la Esperanza) a través de un trabajo de oficina que tenía en el Centro Católico mientras era estudiante en la Universidad de Rutger. En ese momento de mi vida ni siquie-ra iba a misa. Estaba buscando la felicidad en todos los lugares que este mundo te dice que busques, y como el Hijo Pródigo, finalmente me harté. Decidí intentar volver a la iglesia en lugar de solo trabajar en una. “Si no me gusta, puedo dejarlo”, me dije. Unos 10 años después, ¡sigo aquí!

¿Qué pensaron tu familia y tus amigos cuando te hiciste hermano?

Mi familia nunca practicó activamente nuestra fe mientras yo crecía, así que fueron amables pero desconfiados. Con el tiempo, empezaron a ver los frutos de la fe en mi vida y en la de otros. Ahora me apoyan bastante.

¿Qué haces para divertirte?

Me encanta leer (sobre todo los clásicos), correr y relajarme con los hermanos!

¿Tu manera preferida de rezar?

Sentado en silencio y contemplando a mi Amado Maestro como él me contempla a mí. Muchas veces mi oración se distrae y me cuesta incluso mantenerme despierto. Así que realmente atesoro esos raros momentos en los que puedo sentarme con todo mi corazón, mi mente y mi alma fijos en Dios.

Traducción de Mónica Krebs.